lunes, 1 de diciembre de 2008

Se inventó una agresión de neonazis y se grabó a sí misma una esvástica en la pierna

La historia tenía todos los ingredientes para aparecer en las portadas de todos los medios alemanes: Una joven alemana defiende a un niño inmigrante frente a un grupo de neo-nazis que como venganza le graban una cruz gamada en la pierna.

La cuestión es que este caso, como otros muchos denunciados por la extrema izquierda y organizaciones “independientes”, era una farsa. La chica llegó a ser condecorada por su valor cívico por una asociación que emprendió una campaña contra la violencia de la extrema derecha, pero un tribunal alemán ha llegado a la conclusión que Rebecca -así se llamaba la ‘víctima’-, de 18 años de edad, se había grabado a sí misma la cruz gamada en el muslo.

En la sentencia, un tribunal de Hainichen, el este de Alemania, la condenó a 40 horas de servicio a la comunidad.

La joven alegó que había acudido en ayuda de un niño inmigrante y que cuatro neo-nazis la habían arrojado al suelo y le tallaron la esvástica.